lunes, 23 de abril de 2007

La Cena Homenaje a "Chingolo" Casalla


Foto 1. Carlos "Chingolo" Casalla

El pasado lunes 4 de diciembre, "La Bodeguita" lucía pulcra y silenciosa, en Sarmiento y casi esquina Montevideo, con sus mesas preparadas y sus manteles prolijos. Pero ya era la hora del encuentro y no había nadie. El espacioso ambiente parecía una vitrina en exposición. Fue cuando advertí a un costado la escalera que desciende al sótano, donde la noche despertaba y lo que faltaba arriba proliferaba abajo: la charla resbalando de las bocas, pausada sólo por el convincente monólogo del vino. Bajé. Había tres hileras de mesas largas, las caras eran muchas y casi la mitad conocidas. Cuando Miguel Cantilo apareció no lo podíamos creer, ¿cantaría con el homenajeado? Pero no, pasó a saludar a la gente de la Agrupación Oesterheld y al rato (mucho antes de que pudiéramos interceptarlo) se había ido. Los que sí estaban (y otros que se fueron acercando) eran grandes, pero grandes artistas de la extinta Editorial Columba. Muchos familiares de Carlos "Chingolo" Casalla, amigos, compañeros, colegas y aficionados a su Arte.


Mientras el anfitrión, Martín García, presentaba al artista con una completa y extensa descripción de sus trabajos, yo contemplaba la interminable sucesión de afiches de personas ya fallecidas y recordadas por la agrupación; también había láminas de artistas de la talla de Gustavo Trigo; en un lugar muy visible de la pared, las hijas de Elsa y Héctor Oesterheld sonreían como si nada malo hubiera ocurrido, y quizás, en contra de todas las reglas del tiempo, el mensaje imposible que nos daban es el de comprometernos a obrar para que nada malo vuelva a ocurrir. Vino -el verbo, no el tinto- la entrada de jamón cocido y ensalada rusa. Alguien empezó a repartir libros del Cabo Savino y quienes lo compraban se fueron acercando al maestro para que se los dedicara.


Foto 2. Original del Cabo Savino

En una mesa cercana, venidos de Bariloche, el mítico Mario Vidal nos sorprendió con su presencia, ¡el hombre existe! Siempre habíamos pensado que era una entidad abstracta, imaginada por el mismo Casalla para reunir bajo su nombre una serie de guiones realizados por él mismo. Pero no. Existe. Nos dejó su autógrafo, junto al de Jorge Claudio Morhain y un cabo Savino realizado por "Chingolo" especialmente para un próximo número de Revista "Cine Portátil" del año 2007.


Foto 3. Original de Pedrazzini, para Rebrote

Estuvieron Jorge Morhain, Carlos Pedrazzini (otro artista que nos dejó su trazo seguro en una prolija hoja que habíamos llevado a tales efectos) y Luis García Durán, el artista de "Aquí, la Legión!", de "Kosacovich y Connors", de tanta buena historieta. El diálogo con Luis y con Carlos varió de lo reverencial a lo informal antes de la tercera copa. Con Morhain era distinto, ya habíamos compartido otros espacios como la muestra de Frontera y un almuerzo este año con motivo de la entrevista que vio la luz en el segundo número de la Revista "Cine Portátil", actualmente en distribución.


Los debates se sucedían entre copas de vino (canilla libre) y lechugas o cebollas. Se habló mucho de Oesterheld, de Hugo Pratt, de otros que también se fueron, se habló de viejas historias gremiales, relacionadas con los dibujantes de años pasados. Se habló a gusto, se intercambiaron opiniones, muchas de ellas -las de los profesionales de la vieja Columba- de gran peso; hubo propuestas, para desentrañar las posibilidades -por sí o por no- de una nueva futura gran publicación o un transmutar a otros medios para seguir madurando el relato (tal vez dedicarle más tiempo y esfuerzos a una producción de animaciones que a nuevas revistas en papel).


Foto4. Savino autografiado por Casalla

Entre tanto, yo aprovechaba el deambular de "Chingolo" por las mesas de los comensales, como si se tratara del festejo de sus nupcias, para hacerle firmar una viejísima revista Suplemento Fantasía con un episodio de El Fantasma y otro de Cabo Savino. Luego, micrófono en mano, nos contó de la publicación actual del Cabo Savino en un diario de la Patagonia. Se lo veía de muy buen humor, resplandeciente, agradecido a todos por la calidez del abrazo, por el apretón de manos, el elogio sincero: "qué buenos pingos que dibuja usted", o el gracioso "¿Sabés dibujar caballos, vos?" que le espetara con amistad García Durán e hiciera sonreír a Casalla y decirle: "Y, me las rebusco".


En un escenario breve, los dos Casalla, padre e hijo, realizaron un cálido -y corto- show. La voz de "Chingolo" rememoraba aires tropicales y a veces (como en el tango final) voces del suburbio porteño. La expresividad del artista ejecutando la percusión, pudo suplir en algo lo inaudible de su voz, que nos llegaba exánime como de muy lejos. Todo el evento será compilado en un DVD para ponerlo al alcance de quien lo quiera. Ya hemos hablado con el anfitrión de la Agrupación Oesterheld, para reunirnos pronto con este material de lujo.


Ya cerrando la noche y la celebración, le preguntamos a "Chingolo": "¿cuántos episodios del Cabo Savino hay?" y nos dijo: "no sé, deben ser muchos". Casalla estaba contento, por todo y sobre todo por el simple susurro que le prodigamos la mayoría de nosotros: "dibújenos algo, maestro"...Por favor, y no lo deje de hacer nunca.



Felipe Ricardo Avila
Javier Ignacio Rago (Rolkiem)

© 2002 Rebrote Ediciones
http://www.rebrote.com/